Un día, un zorro astuto espía un cuervo que disfruta de un racimo de uvas. El zorro engaña al cuervo haciéndole creer que las uvas son amargas. Se deja engañar el cuervo y el zorro coge las uvas. Llega el invierno y esta vez, el zorro encuentra que el cuervo tiene un trozo de carne en su boca. El zorro lo consigue. "Hermoso Cuervo, ¿cómo estás?" pregunta el zorro, aparentemente con voz inocente. El cuervo, incapaz de responder debido a su pico lleno, asiente con la cabeza. Pero el zorro no abandona, alaba la voz hermosa del cuervo y le pide que cante una canción. El cuervo, halagado, abre la boca para cantar y se le cae la carne. El zorro empuña el trozo de carne y huye. No importaba cómo el ciervo puede gritar como quiera, pero se ha quedado sin la carne.